–Hey.
¿Estás despierto?
–No
sé, la verdad que no sé.
–…
–¿Por?
¿No podes dormir?
–¿Cómo
mierda querés que duerma acá? Si vos podes decime como haces que te compro la
receta.
–Yo
me imagino cosas, como que me gano la lotería y soy millonario y todas las
cosas que me podría comprar y todo lo que podría hacer con toda esa guita.
¿Entendes? Sueño viste, creo que soñando despierto me termino por dormir de
verdad. Una locura, pero a mi me funciona… ¿Se vé algo?
–No,
te juro que preferiría verlos venir que esperar en esta mierda. Cada dos por
tres creo que los veo, parece que unas sombras se cruzan de un lado para el
otro y me vuelven loco.
–Es
el cansancio y la oscuridad que te juegan una mala pasada.
–Tengo
frío.
–Y
hambre capaz. Yo al menos tengo frío y hambre.
–Creo
que en Malvinas los soldaditos debían de sentir algo parecido.
–Peor
que esto Jorge. Peor, acordate que eran todos pendejos y tenian menos idea.
–Se
me congelan los dedos boludo.
–A
ellos se les pudrían los dedos de los pies, los borcegos llenos de agua y
barro. Imaginate, el frío, la lluvia, el hambre, los fal que no andaban y los
ingleses calentitos en los barcos cagandose de risa. ¿Te lo imaginas? Y el hijo
de puta ese los mandó al muere; dos borrachos viendo quien la tenía más larga.
–Ella
no tenía pija boludo jaja.
–Sabés
lo que quiero decir.
–Sí.
Ya sé.
–…
–¿Querés
que vigile yo un rato? Supuestamente iban a venir a eso de las 6, amanece a las
y media más o menos, y faltan como dos horas todavía.
–¿Quién
te dio el laburo?, al final no me dijiste nada.
–¿Cuándo
te fallé? Me dieron el laburo, lo hacemos y nos llevamos unos buenos
“morlacos”.
–¿Cuánto
dijiste que falta?
–Dos
horas más o menos.
–Igual
no voy a poder dormir, ni imaginándome como vos que gano la lotería.
–Te
ponés boludo cuando queres, o cuando tenés frío. Menos mal que no vivo con vos.
–Creo
que ya te habría metido una bala por el culo.
–Vos
no podes hablar sin meter en algún momento la palabra culo.
–…
–Creo
que ahí vienen, el único lugar para vigilar sin ser vistos era este y es una
cagada, una verdadera cagada.
–Jode
el sol saliendo.
–Lo
que me rompe soberanamente las pelotas es que quieran que mate a esos tipos por
dos mangos, con el frío que hace tendrían que pagar más.
–Shhh,
callate boludo, hablá más bajo.
–Los
tengo en la mira. Yo le doy al de la izquierda y vos al otro. Siempre me gustó
reventarle la cabeza a los de la izquierda.
–Esperá.
¿Sabías que mi viejo fue montonero?
–¿Qué?...
–Montonero
era mi viejo. Lo mataste más o menos a esta distancia, la que estoy yo de vos
ahora. A quemarropa.
–No,
pará boludo, ¿qué haces?, yo no…, todo este tiempo vos…No, no, no. No me m…
–El
frío no se siente pedazo de marica.